miércoles, 26 de enero de 2011

Historia mínima

Los descubrí en un concurrido y renovado paseo de Palma. Allí estaban los dos, sentados frente a frente, como dos astillas salientes en una madera de carpintería pulida. Allí sobresalían ocupando el margen izquierdo de la avenida, con la discreción del que pretende huir de la panorámica del paseante. Ella, ocupaba con su figura los centímetros que preceden al precipicio que coronaba el asiento de un banco. Él, le sesgaba la trayectoria hacia el desplome colocándose enfrente, acomodado en su silla de ruedas. Parecía el inquilino novel de aquella mula mecánica despoblada de músculo y anatomía. Ambos eran niños de la guerra con más de ochenta años de recorrido. Lo que más me llamó la atención fueron aquellos gorros que culminaban sus cabezas, atrapando aquellas calorías que se creyeron libres tras superar la epidermis.

Eran compañeros de existencia. Ella le miraba a los ojos para poder reconocerse mientras repasaban su vida. Una vida repleta de primaveras y veranos, que ahora habían dejado paso a un espeso otoño caduco, terminal. Interrumpían el relato guardando silencios involuntarios, masticando los recuerdos como el rumiante que saborea  de nuevo el manjar, incapaces de pronunciar las palabras que tal vez debieran. El mismo silencio que imaginé que interpretaban ante los suyos. Aquel que se ampara en la convicción de que si se desconoce el sufrimiento se evita su padecer. Él le recuerda ese mandamiento inquebrantable al paso de la convivencia que juraron no traicionar: "Para siempre, ¿recuerdas?". A lo que ella respondió por imitación: "Para siempre, sí".

No había tiempo para prórrogas y esa circunstancia lo envolvía todo con su aroma. Ella, en apariencia, no exhibía constitución endeble. Sin embargo, al raspar con el escarpelo con detalle, y una vez superada aquella pátina de confusa solvencia, se podía contemplar  un cuerpo colonizado por una fragilidad de porcelana, cuyas fisuras asomaban a las puertas de sobrepasar el punto de ruptura. Sus movimientos parecían calculados, sustentados en una energía no renovable que los hacía tan preciados como irrepetibles. En uno de esos gestos finitos ella le sostuvo la mano con determinación y firmeza, como el obrero que apuntala un tejado en ruinas mientras su propia vida pende de la certeza de la maniobra. Él, a la par, buscaba con la mirada el camino entre sus pupilas con la intención de asaltar por sorpresa los recodos de su mente que jerarquizaban sus emociones. Y todo para cambiarle su equilibrio de fuerzas y deshacer el lazo que les ataba, deshilachándolo hebra a hebra, hasta enredarla de nuevo entre los vivos. Cerca de las llamas candentes, lejos del humo que se evapora para siempre. Pero ella, impenetrable, no tiene esa intención. Ha decidido que si a él se le consume el aliento, ella también abandona la carrera en esa parada. Porqué más le vale una derrota compartida ante el destino que un triunfo en soledad.

SIGUE LEYENDO...

lunes, 24 de enero de 2011

Una conferencia que no te perdonarías perderte

Algunos de los que me conocéis me habréis oído alguna vez dándoos la brasa con una conferencia de Emilio Duró sobre optimismo e ilusión. No la había posteado hasta ahora porque sólo la había encontrado partida en varios vídeos en Youtube, y pensé que nadie le seguiría el hilo. Gracias al recordatorio de uno de los mejores blogueros de este país, Nacho de La Fuente, hoy podéis disfrutar de esta útil pastilla visual para el ánimo. Que os sea útil...


[Vía La Huella Digital


SIGUE LEYENDO...

miércoles, 12 de enero de 2011

Diseñados para fallar antes de tiempo

Obsolescencia programada: proceso por el que las empresas programan la reducción de la vida útil de sus productos para que incrementemos su consumo. En el siguiente documental comprobaréis como las bombillas de principios del siglo XX ofrecían 2.500 horas de luz, para no llegar ni tan solo a la mitad cien años después. Conoceréis lo que se ha llamado el 'Cártel Phillips-Osram', la alianza comercial entre ambas multinacionales con la que se impuso un pacto entre las productoras de bombillas, para que la duración máxima de su vida útil fuese de 1.000 horas.



















[Gracias Mateu, mi profesor de repaso particular, por darme luz en este tema]


SIGUE LEYENDO...

sábado, 1 de enero de 2011

La primera ronda de 2011 la pagamos nosotros

Actualización 03/01/11: Os incorporo los beneficios estimados para 2011 de las eléctricas (y energéticas) españolas, no perdáis detalle (en millones de € según ElPaís):


Iberdrola -> 2.858
Endesa -> 2.196
Gas Natural -> 1.070




Para despertar el nuevo año, y quizá alguna conciencia impermeable al amuermamiento generalizado, os reproduzco la última entrada de Ignacio Escolar en su blog, con los beneficios acreditados por las compañías del Ibex 35. Dando un repaso a  esta amena y clarificadora lectura -nada sorprendente, por otra parte-  entenderéis como no comprendemos nada como cuando nos explican -fabulan, más bien diría yo- que, por ejemplo, la subida del 10% de la factura de la luz era necesaria. Lo mismo que con la subida del IVA al 18%, la aniquilación del cheque bebé, la desintegración de las ayudas a los parados de larga duración, la jubilación a los 67, la ampliación del periodo de cotización para el cálculo de las pensiones, el despido libre... y así hasta completar varios fascículos.

Basta de teoría. Os dejo con la práctica [gracias a @guillemMateu]:

"Señoras y señores: con todos ustedes, el fabuloso Ibex 35. Telefónica: 8.835 millones de euros de beneficios en los tres primeros trimestres del nefasto 2010, un 65,6% más. Banco Santander: 6.080 millones de euros de beneficios, un 9,8% menos tras cerrar un 2009 con récord. BBVA: 3.668 millones, un 12,2% menos. Iberdrola: 2.069 millones, un 2% más. Repsol: 1.786 millones, un 32,5% más. Inditex: 1.179 millones, un 42% más… Las hay que ganan más, las hay que ganan menos, pero el balance global es como para brindar con champán. Todavía falta por contabilizar el último trimestre de 2010, pero hasta septiembre las empresas del Ibex 35 ganaron en total 38.156 millones de euros, un 16,7% más. A este ritmo, cuando se cierre 2010, los beneficios puede que alcancen los 50.000 millones de euros.... [Continúa aquí]


Tal vez algún día la sociedad evolucione tanto como para que los beneficios sigan en  poder de unos pocos, pero los marrones nos los repartamos entre todos. Proporcionalemente, eso sí.



SIGUE LEYENDO...