El debate de hacia dónde camina el futuro de la prensa, o quizá cómo debe adaptar su equipaje a la naturaleza del mismo, es una de las preocupaciones que trae de cabeza a las principales editoras de medios del planeta, y por ende a sus consejos de administración. A nivel doméstico la realidad demuestra que no estamos ante una excepción.
Consultando el blog colaborativo 1001Medios, me he dado de bruces con "¿Y qué papel tendrá el papel?" el último debate del BCNMediaLab. Me quedo con la reflexión que Javier F. Barrera publica en su blog y de la que os repongo su conclusión sobre el devenir de los diarios locales/regionales en España:
¿Y cómo serán?
.-Veo una prensa regional fuerte, cabeza de una empresa multimedia, multicanal y multisoporte, y líder en su ámbito de influencia.
.-Los veo más como los Juegos Reunidos Geyper que como unos pliegos de papel prensa.
.-Los veo llenos de análisis
.-Los veo con los temas que son historias humanas universales.
.-Los veo bien escritos: Siglo de Oro el XXI para el Periodismo. Construir imágenes, describir los sucesos, escribirlos. Nuevos Cambas, Lobos, Ruanos, Campmanys, Umbrales, Moranes...
.-Los veo con bien de páginas, con mucho que leer (la gente adora leer) historias y suplementos dentro del papel y revistas compañeras (Mujer, Motor, TV, Ocio, Cultura, Corazón, Viajes, Música).
.-Las promociones, a saco. Los veo convertidos en un canal. Un diario local regaló una botella de Fanta de limón el domingo con la compra del diario. En 1990 el director general de La Vanguardia nos explicó que regalaron cada domingo en Barcelona un sobre de sopa instantánea. Dijo: “Teniendo en cuenta que somos el diario de la burguesía catalana con un 80% de suscripción hereditaria nos temimos lo peor. Nadie protestó, nadie devolvió el sobre de sopa”.
.-Los veo con una calidad infinita.
.-Los veo full color, multiedición
.-Los veo con un núcleo central de actualidad compartido por todos ellos, en donde se explica lo que pasa en el mundo, no lo que ha pasado. Cuidado con el matiz, porque es el análisis.
.-Los veo lleno de caras pero sin corbatas.
.-Los veo reinventados y en comunión con las coberturas multimedia para el canal de TV local propio, la web local.
.-Los veo potenciando la comunidad creada a través de la red social pero desvirtualizada en la organización de encuentros, partidos, reuniones, congresos y llenos de este tipo de información.
.-Los veo lejos de los polígonos, en el centro de las ciudades, junto a los bares, los mercados, las plazas y, por supuesto, la gente.
.-Los veo con muchos periodistas que patean la calle y que surfean la web sin esconderse de sus jefes ;-)
.-Los veo con una calidad fotográfica inimaginable hasta ahora.
.-Los veo preciosos, sanos y como referentes del ecosistema. Con menor tirada, sí. Pero bajo el brazo de gente que se distinguirá y querrá ser distinguido por los valores que atesoramos y que, desde ya mismo, compartiremos.
Y para cerrar el círculo -o continuar la espiral, como quiera cada uno- os dejo un fragmento del artículo Sobre la coexistencia de los medios que el escritor Carlos Fuentes publica hoy en El País, a propósito de las revueltas populares -y mediáticas- que se están sucediendo en el norte de África:
¿La nueva edad que se anuncia, la era de la tecnoinformación, matará a las formas de comunicación anteriores? No lo creo. La radio, lejos de perecer, está hoy más viva que nunca y mejor adaptada a los horarios, tempraneros o nocturnos, de la vida moderna. La televisión no hace sino aumentar y diversificar su oferta: los canales televisivos suman varios miles. ¿Es la prensa escrita la víctima propiciatoria de la nueva -o última- modernidad? Sí, hay grandes diarios que cierran o se achican, o se ofrecen por Internet. Acaso, quizás, la prensa escrita, como la literatura, sólo llegue en su forma actual a los menos aunque a los mejores, aunque yo, como escritor, tengo el gusto de mancharme diariamente las manos con la tinta fresca de un periódico y otros ciudadanos, más jóvenes, leen el mismo periódico en una pantalla. Al cabo, sin embargo, yo no creo que lo nuevo desplace totalmente a lo anterior. Creo que las cosas acabarán por equilibrarse, coexistir, subrayar valores y eliminar defectos, aunque con la posibilidad, humana al cabo, de generar nuevos defectos junto con nuevos valores.