Cristiano Ronaldo no tiene un precio, sino un desprecio. Con su fichaje por 94 escasos millones, Florentino Pérez y sus Poceros de lujo asociados han coronado una imagen más repugnante que las fotografías de las entretenidas de Berlusconi. Admitiendo que el Real Madrid simboliza al estado, un país en ruinas ficha con más avidez que Abramovich en los años de criminal borrachera bursátil. Si el gobierno autoriza ese insulto a los cuatro millones de parados, sin investigar fiscalmente hasta el tuétano a todas las instituciones involucradas, merece el mismo respeto que la dictadura de Kazajastán.
Los inmobiliarios que han hundido la economía española se mofan abiertamente de los ciudadanos a quienes han estrangulado con hipotecas abusivas. La ficción de que el fútbol genera el dinero pagado por Ronaldo suma la burla a la afrenta, los 94 millones garantizan únicamente la renegociación de deudas, vedada a los contribuyentes. Los bancos que financian la operación de alto riesgo –pendiente de un tobillo– niegan créditos a sus clientes débiles, imponen comisiones esclavistas, castigan el mínimo atraso en la satisfacción de compromisos. Por no hablar de las ayudas públicas en curso para sanearlos.
Hace tiempo que abdicamos de la moral, pero hay que regenerar la capacidad de sentir asco. Ronaldo ni siquiera es el mejor jugador del mundo. Fracasó en la Champions y en la selección, sólo asegura la goleada al Numancia. La mitad de los diez fichajes más caros del mundo se saldaron con estrepitosos fracasos, empezando por el traspaso de otro Ronaldo al Madrid. En lo icónico, ni punto de comparación entre Zidane y el portugués, que encarna los peores valores del narcisismo deportivo descerebrado. Empezamos a vislumbrar en qué consiste la “refundación capitalista” prometida por Sarkozy, para acabar con el “ladrillo descontrolado” que denunció Zapatero. Ojalá esta fantochada de nuevos ricos, con el dinero de nuevos pobres, genere la rabia suficiente para que los ladrillazos cambien de sentido por una vez.
Tal vez nos convendría recapacitar un poco... aunque sea eso, poco.
Cita postuaria: "Hace tiempo que abdicamos de la moral, pero hay que regenerar la capacidad de sentir asco". (Matías Vallés)
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo con lo que aquí criticas.
Pero, sin justificarlo, ¿dónde está el límite (inferior)? Lo digo porque, por ejemplo, 6 millones de euros por un traspaso de un futbolista lo sigo viendo un insulto igualmente. Es exactamente la misma afrenta para los parados, para los autónomos que no consiguen financiación para sus pequeños negocios y se ven forzados a despedir a empleados que son casi familia.
El fútbol está sobrevalorado. Y sobrevalorado por encima de deportes infinítamente más exigentes para el competidor o mucho más espectaculares para el espectador.
Y aquí pocos presidentes de los principales clubs españoles y eurpeos se salvan, así como las televisiones, nacionales, privadas y autonómicas, o los patrocinadores. Todos estrangulan el deporte "rey" para sacar el máximo partido.
Por otra parte, palabras de crítica como las de Laporta (u otro) no son menos falaces, ya que si llegase cualquier club con una oferta como la realizada por CR, ya veríamos si la aceptase o no, en honor al orden del fútbol.
Saludos y continúa con este buen blog.
Rafa
Dejando claro que el fútbol ni fu ni fa, es de un hipócrita inaguantable el que ahora la gente se tire de los pelos por lo de ese futbolista cuando llevan años pagando indecencias por los servicios de otros deportistas.
Ah, y tampoco ponéis el grito en el cielo por lo que cobran los parásitos que tenemos por dirigentes, así que menos llorar ahora.
Hola Rafa. Simplemnete quise reproducir esta columna que me llamó la atención teniendo en cuenta eñ revuelo que se ha montado alrededor de CR. Comparto la gran mayoría de lo que dices pero creo que todo eso es extensible a muchos otros sectores económicos de nuestra sociedad. Véanse las comisiones de los banqueros que nos han conducido a este berenjenal, las remuneracines de los actores hollywoodienses o los sueldos de los directivos que dirigen las multinacionales. No te falta razón.
Luis: Creo que tienes más razón que un santo y mi única intención era contribuir al debate. Como bien apuntáis tanto Rafa como tú el análisis podría o debería trasladarse a otros sectores de la sociedad en los que las cantidades que se manejan son astronómicas. En este caso tal la diferencia haya recaído en la sensibilidad de la gente debido a la situación tan delicada de la economía mundial. Que la gente no pierda sus propiedades por la falta de liquidez al no concederse ni un crédito para las familias o las pequeñas empresas, y que sí se encuentre esa financiación para un tema de índole, como mínimo, menor quizá sea la causa de tal revuelo. Sin duda, como bien apuntas, no podemos quedarnos en la superficilalidad del caso y no meter el cuchillo en todos aquellos excesos que puedan rozar la indecencia "sólo" por tener lugar en estos momentos. Convendrá no relajarse.
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