domingo, 27 de diciembre de 2009

A pie de calle no suena igual

Curioso el experimento que propuso The Washington Post a un reconocido violinista. La explicación corre a cargo de Paulo Coelho:

«En una fría mañana de enero, un hombre se apostó en la entrada de una estación del metro de Washington y se puso a tocar el violín. Durante 45 minutos, los que pasaban escucharon pasajes de las seis piezas de J. S. Bach que fueron ejecutadas [...] Durante los 45 minutos que estuvo tocando, el violinista consiguió 32 dólares y tuvo seis espectadores. Al final no hubo aplausos ni nadie que pidiese un bis [...] El violinista se llama Joshua Bell y el experimento fue completamente filmado por el periódico The Washington Post. Dos días antes del experimento del metro, Bell había llenado un teatro de Boston con espectadores que, como mínimo, pagaron 100 dólares por verlo. Tanto en el teatro de Boston como en la estación de metro, el músico empleó un Stradivarius, un violín valorado en 3,5 millones de dólares. Las piezas interpretadas se consideran las más difíciles de Bach para tal instrumento. Cuando el periodista le preguntó lo que había sentido, Bell no escondió su decepción: las personas eran incapaces de reconocer la belleza si no se encontraban dentro de los parámetros considerados normales para poder apreciar una obra de arte»...


Vía La Huella Digital

2 comentarios:

OpenGT dijo...

La percepción de la realidad... cada uno fabrica la suya.
La verdad es que vivimos en un mundo lleno de límites, y esos límites los ponemos nosotros.

Hache_Romero dijo...

Sólo nos queda intentar luchar para romper prejuicios...