miércoles, 31 de marzo de 2010

La invasión de las redes sociales

El siguiente vídeo -obra de la agencia de publicidad 101- presenta un sensacional informe sobre el uso de las redes sociales en España y el resto del mundo. Minutos al día dedicados  al Facebook por los españoles o audiencias que triplican en usuarios únicos a las de los diarios digitales más leídos en la red, son algunos de los múltiples datos que aporta este audiovisual. Muy interesante.


[vía Nacho de la Fuente]

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jueves, 25 de marzo de 2010

Mi abuelo Pep Romero (I)

A veces la realidad te juega malas pasadas. Me sucedió algunos kilómetros de carretera atrás. Le vi caminando entre calles. Con sus gruesas gafas de sol y sus andares inconfundibles. Los de mi padre. Los míos. Sin duda era él. Quise que lo fuera. Mi abuelo Pep, en Pep Romero d'El Terrenocomo le conocían en sus tiempos mozos. También como en Pep Bisco por sus problemas de visión de juventud. Nunca le molestó, porque "cuando algo es verdad, es verdad", decía con media sonrisa y golpeándose las manos como quien da un golpe seco para introducir el tapón de corcho de una botella de vino. José Romero Rodríguez era su nombre completo. Los dos apellidos de la madre. Su padre biológico, de linaje Balaguer, se borró del mapa al saber que había hecho diana con sus cromosomas justo cuando, de repente, recordó que ya era padre de familia en otro portal. Una evidencia más de que siempre ha habido hijos de puta, y no es fruto de la vanguardia. Mi bisabuela, madre soltera en la década de los 20, tuvo que apretar las nalgas y secarse las lágrimas. Comer era lo importante. Se marcharon a Argelia mordiéndose las uñas, y allí mi abuelo Pep soñó por primera vez algunas de las pesadillas que se le repitieron el resto de sus días. Como aquella en la que paseaba de la mano de su madre cuando un soldado despechado asaltó a su mujer en plena calle y la degolló ante la mirada inalterable de los viandantes. Lo que más le jodía, me decía, era que "nadie hizo nada, nin".      

Precisamente ese ímpetu que reclamaba para los demás le jugó algunas malas pasadas. Mi abuelo Pep era un tipo duro. De los de antes. Fuerte como un yunque. Con dos cojones como equipaje de mano. Y con él a todos lados. Con ese macuto se hizo a sí mismo a base de esquivar a golpes las zancadillas de la vida. Algunas con vistas a un precipicio sin billete de vuelta. Sin tiempo para la infancia, se convirtió en adulto de guardia. No había nadie más. De ahí que no encontrara referencias que aplicar en su paternidad. Trató de suplirlas con el corazón, de tamaño descomunal y sensible como la pluma al viento. Sin reservarse el derecho de admisión. A los quince años ya se había alistado para ir al frente con los nacionales. El lavado de cerebro fue coser y cantar. Pep reconocía que "a esa edad, con más hambre que el perro de un ciego, era lo que había". Con los años fue asumiendo sus ideales sin tapujos. No sólo sucedía que los suyos habían ganado, sino que había que darle un sentido coherente a su vida. No podía estar sustentada toda en un error, debía repetirse a solas ante el espejo. No había nada que perdonar. Él fue el único responsable de sus actos y a nadie más debía rendir cuentas. En todo caso a su conciencia. Pero habría que haber estado ahí para salirse de la fila y no romper esfínteres.

Cuando pasé a la altura de su figurada presencia seguía obnubilado. Le recordaba con aquella precisa pose; un Lucky entre los dedos de su mano a medio alzar, como cuando conducía su celeste Renault 8 TS. La ventanilla bajada y el codo a medio camino. Cómo sonaba aquel coche... Cuando organizaba una jornada de pesca su escrupulosa rutina  me  narcotizaba. Bajábamos al garaje y me decía: "ara espera't un poc". Abría la puerta del conductor, encendía el motor, descargaba su pie en el acelerador repetidas veces y salía del coche. Yo aguardaba fuera, ansioso. Abría el capó y el motor relucía como las vajillas de palacio. "A que podríem berenar aquí damunt?", me soltaba todo orgulloso de su joya rodante. Nos montábamos y la bestia empezaba a rugir. Lo llevaba siempre al trote ligero. Era una atracción para peatones y conductores. Pep lo sabía y disfrutaba como un niño pequeño la noche de Reyes. Quizá porque nunca pudo jugar a tiempo, cuando era el tiempo de jugar. Llegábamos al Club Naútico Calanova y aparcaba en su plaza de toda la vida con una maniobra impecable, meticulosa. No entendía como la gente no hacía lo mismo y respetaba cada uno su espacio. Un día un pescador le pidió precio por el R8 en mi presencia. "No está en venta", dijo Pep orgulloso de su máquina. Le concedía un valor personificado a sus modestas pertenencias. No se las podía abandonar cuando dejaban de funcionar. Se habían ganado su respeto por los servicios prestados y eso no se podía olvidar a las primeras de cambio. Se merecían un esfuerzo para tratar de devolverles su utilidad por tantos instantes de fidelidad...


Me temo que habrá segunda parte.


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miércoles, 24 de marzo de 2010

En esas estamos

Estos son los 7 consejos que nos da Enrique Dans a la hora de crear y mantener un blog, y en esas estamos:

[...] "7. El éxito de un blog no viene del número de visitas. Viene de estar a gusto con él".

Entonces he triunfado por todo lo alto. Las otras 6 recomendaciones blogueras las encontráis en Esquire (avance del número de abril 2010).

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viernes, 19 de marzo de 2010

No preocupa el soporte, importa la calidad

Leo un interesante artículo de opinión sobre un tema que trae de cráneo a los cabezas pensantes del mundo de la comunicación y los medios: periodismo digital vs periodismo impreso. Me quedo con este fragmento de la reflexión en voz alta de José Luis Barbería en El País:

Y es que el periodismo se consagró, precisamente, como filtro efectivo contra el bulo. Se equivocan quienes creen que el periodismo en la Red puede prescindir de la formación, el código deontológico, el estatuto de redacción, la ética o la vergüenza torera. "Ja, como si los periodistas respetaran sus códigos", dirán quienes predican el fin del periodismo. Pese a todo, puede que los cínicos periodistas retratados con maestría en Primera plana, de B. Wilder, resulten unos tipos entrañables comparados con lo que prolifera por ahí. Mejor estar entre las tres pes (putas, policías, periodistas) que ponerse en manos de grupos sin escrúpulos o de aficionados temerarios atacados por la soberbia.

Quienes creen que pueden suplantar sin problema al periodista podrían hacer el ejercicio simple de elaborar una noticia en el tiempo en que lo hacen los profesionales, para comprender que captar lo significativo, ordenar con criterio los datos, contextualizarlos y redactarlos de forma comprensible y atrayente es una tarea que requiere el saber del oficio. ¿No hemos visto a escritores consagrados naufragar en el género del reportaje y a intelectuales perderse en entrevistas-río sin principio ni fin? Con sus miserias y el pesado lastre de sus otras tres pes domésticas -paro, precariedad y presiones-, el periodismo, donde el éxito es siempre efímero y la reputación profesional discurre al borde del precipicio, cumple una función imprescindible.

Pese a la calidad indudable de algunos espacios y al mérito personal de quienes los animan, nuestro universo digital está muy coloreado por plataformas sectarias, "confidenciales" donde chirría la regla de la verificación, fabuladores informativos que todos los días rearman la teoría de la conspiración del 11-M, tertulias de boca caliente en disputa por ver quién la dice más gorda. Pero la Red no inventó la mentira. La rentable escuela de la invectiva nacional ya funcionaba antes entre nosotros, como funcionaban los carroñeros que hacen espectáculo de lo más sagrado.

Según eso, el problema no estaría entre el nuevo y viejo periodismo, sino entre el bueno y el malo, en la urgencia de restablecer la relación perdida con el público. [el artículo completo aquí]

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jueves, 18 de marzo de 2010

Cuando una foto vale más que mil palabras

Llegó a mi pantalla vía Facebook un trabajo fotográfico de extraordinaria calidad humana y gráfica. Phillip Toledano narra desde el objetivo de su cámara fotográfica los últimos días de vida junto a su padre, de 98 años de edad por entonces. Me ha parecido de una sensibilidad finísima la manera en la que retrata al que fuera actor en los años 30, acompañando algunas de sus capturas de breves descripciones sobre la dureza de su enfermendad mental, y al mismo tiempo la felicidad por haber conocido cara a cara lo divertido que era su padre. Una historia de amor, a fin de cuentas.

Os dejo con Days with my father...

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miércoles, 17 de marzo de 2010

La madre de todos los blogs

Descubro Mi vida con hijos, el blog de una periodista y madre de tres hijos que lucha cada día contra los elementos para apuntalar su existencia, sacando la cabeza para tomar aire de vez en cuando en medio de la asfixiante ciudad. El éxito de sus experiencias, contadas a ras de tierra y sin envoltorios, ha colocado a esta bitácora entre las 11 finalistas como mejor blog en español de los premios The BOBs, los más prestigiosos de la blogosfera internacional. Quizá porque me identifique de manera muy cercana en sus vivencias o tal vez porque la manera de contarlo sea tan irónica como para atraparme al primer golpe de cursor -o las dos cosas a la vez- me inclino por proponeros esta lectura. Para muestra, un botón:

A la madre de familia numerosa le tocó el otro día ir a un viaje de trabajo. Llevaba tiempo en dique seco y notaba ya que le estaban creciendo raíces (además de hijos).
- No te va a dar tiempo a hacerlo todo en un día, vas a tener que quedarte a hacer noche. ¿Te importa?, le preguntaron.
- No, claro que no, respondió la madre de familia numerosa, con una voz que trataba de ser firme y profesional. En realidad le hubiera gustado decir: No, claro que no, todo lo contrario!!!!. Pero no lo hizo.
Cuando se lo contó al padre de las criaturas también tuvo que reprimir su entusiasmo ("No queda otro remedio, he intentado hacerlo todo en un día, pero ha sido imposible", siguió diciendo en tono serio y profesional). Y también tuvo que fingir un poco al despedirse de los niños una mañana lluviosa (el mediano incluso intentó hacer una escena aferrándose al trolley para evitar que se marchara su Mamáaaaaaaaaaaaaa). "¿No te da pena dejar a los niños?", le había preguntado una compañera de trabajo. Y ahí sí que respondió sin disimulos, consciente de que se arriesgaba a que la llamaran madre desnaturalizada: "Pues mira, no, ninguna, más pena me doy yo que estoy sin dormir y estoy al borde de la muerte por agotamiento". Al fin y al cabo, para ser madre, buena o mala, es condición indispensable estar viva. Y a ser posible en buen estado de salud.
Iba con una agenda de entrevistas cargadísima, con un largo viaje en coche por delante, y, sin embargo, su ánimo era como si se fuera de vacaciones. ¡Que me voyyyyyy! Durante la semana previa al viaje, con emoción de adolescente, había ido acumulando libros, revistas, música que llevarse al viaje (de dos días y una noche. Una noche). Su destino era una ciudad feotona, sin nada que ver ni visitar, y lo agradeció porque así nada le distraería de su plan al terminar el trabajo: encerrarse en la habitación del hotel. Ni cine, ni teatros, ni restaurantes de moda podrían desviarla de su camino. Con determinación férrea a las nueve y media estaba ya recluida en su habitación. Abrió el trolley para ver los libros que había traido, le echó un vistazo a uno, pero enseguida decidió aprovechar para hacer lo que verdaderamente le apetecía: Dormir. Dormir. Toda una noche entera ante sí. Sin ruidos. Sin lloros. Sin miedos. Sin toses. Sin biberones. Sin chupetes perdidos. Sin peluches extraviados. Sin pijamas meados.
Y se durmió en los brazos de Morfeo (que no los hubiera cambiado ni por los de George Clooney). Como no estaba acostumbrada a dormir toda una noche seguida se despertó varias veces, lo cual aumentaba más el placer de pensar que podía volver a dormirse, porque nadie iba a echarse a llorar, nadie iba a tener miedo, ni a mearse, ni a tener sed, ni pesadillas.
Y al amanecer se despertó como nueva, aunque con la cabeza embotada, sin duda por la falta de costumbre de dormir tanto. Y por la tarde cuando regresó a casa y sus hijos la recibieron entusiasmados como si regresara de vencer una guerra, los quiso más todavía. Y mejor, sin duda. Que cuando se ha dormido todo se hace mejor.

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viernes, 12 de marzo de 2010

La infancia marca nuestra felicidad futura

Leo una interesante entrevista al ciéntifico Eduard Punset en la que, entre otras muchas cosas, habla de la importancia de la comunicación entre los padres -o tutores- y los bebés en los primeros años de vida y la transmisión fluida de sentimientos. Punset asegura que lo que ocurre en la infancia "es determinante" para el futuro desarrollo personal y social de la persona, y señala las dos herramientas con las que todos debemos contar al cumplir 6 años:  

"[...] Una, con la autoestima suficiente para poder lidiar con el entorno, con el vecino... No se debe dejar llorar mucho tiempo seguido a los niños, ya que así se sienten queridos, que son fuertes...; otra, con las ganas de seguir profundizando en el conocimiento de los demás, consecuencia de lo bien que les han tratado. Estas dos cosas son fundamentales; o las tienes a los seis años o no las tendrás nunca"... [+ en XLSemanal]

En ese sentido, según el científico catalán, todos los estudios demuestran que lo que nos ocurra en nuestros primeros años de vida dejará su huella para el resto de nuestra existencia. Para guiar a los padres en la educación emocional y cognitiva de nuestros hijos, Punset nos facilita algunas pistas:

Cinco consejos para hacer de un bebé un adulto capaz y feliz

«Los bebés son una unidad de I+D. Su cerebro establece conexiones a una velocidad que jamás volverá a alcanzar. ¡Duplica su tamaño! Lo que aprendan en esa etapa marcará su vida adulta.

1. EL BEBÉ ES DEPENDIENTE. NO LE DEJE LLORAR
Hay quien defiende que es bueno dejar llorar al niño un rato o hasta que se canse. Esto es `opinable´, pero lo que es seguro es que los bebés no pueden gestionar un estrés excesivo. No pueden deshacerse de su propio cortisol. Los adultos hemos descubierto maneras de gestionar el estrés: llamar a un amigo o tomar una copa o un té. ¡Pero los bebés, no! Y a ellos les resultan estresantes cosas muy pequeñas ¡porque les va en ello la supervivencia!

2. LA AUTOESTIMA ES VITAL. DÍGALE QUE LO QUIERE
A los seis años debes tener dos cosas fundamentales o no las tendrás ya: la primera, la autoestima suficiente para lidiar con el vecino; y la segunda, la consecuencia de lo bien que te han tratado: que te den ganas de seguir profundizando en el conocimiento de los demás. Para conseguirlas, es fundamental que te quieran y que te lo hayan hecho saber.

3. UN BEBÉ NO NECESITA VIDA SOCIAL
Hay madres que dejan a su hijo en una guardería porque creen que el bebé necesita socializar. ¡En absoluto! Lo que precisan es atención y cuidados de alguien que los conozca bien. Hay que replantearse cómo cuidamos a los bebés, ¡y con esto no quiero decir que la mujer se quede en casa! Pero es imprescindible crear sistemas para ayudar a los padres.

4. PREMIAR ES MEJOR QUE CASTIGAR
Los niños reaccionan mejor ante las recompensas. ¡Atención, papás y abuelos: es mejor ignorar las maldades de los bebés y recompensarlos cuando hacen las cosas bien! Distinto es cuando se trata de adolescentes. Con ellos es más eficaz el castigo. ¿Por qué? No lo sabemos todavía, pero quizá tenga que ver con que requiere mayor inteligencia cambiar de proceder cuando te equivocas que repetir aciertos cuando te premian por ello.

5. EDUCACIÓN EMOCIONAL
La disminución de la violencia y el altruismo están vinculados al aprendizaje emocional. Y para ello es clave enseñar al niño a gestionar sus emociones. Hacerlo, aumenta en más de un diez por ciento el rendimiento de los alumnos. Demostrado. El siguiente paso es desaprender, renunciar a los prejuicios que nos impiden avanzar. A los niños, en lugar de preguntarles cuando salen del colegio «¿qué has aprendido hoy?», deberíamos preguntarles «¿qué has desaprendido hoy?».

Cita postuaria: "Siempre hay un momento en la infancia en el que se abre una puerta y deja entrar al futuro". (Graham Greene, 1904-1991)

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sábado, 6 de marzo de 2010

La prensa como contrapoder: realidad o ficción

Ha nacido el primer medio de comunicación generalista en castellano basado en una red de blogs especializados. Se llama Cuarto Poder y pretende abordar la información bajo el propósito de que "otro periodismo es posible". No aspiran a ser los primeros en informar, pero sí a ser los mejores en la manera de ofrecer las noticias. Y para ello el mejor modo de empezar es haciendo una fotografía al paisaje desolador al que se enfrentan día a día los profesionales de la información. La precariedad del mercado laboral en este sector y la imposición de los criterios empresariales por encima de cualquier argumento de índole periodística son el azote actual de los informadores. Esos dos lastres los tienen perfectamente identificados los responsables de esta nueva aventura digital y no se esconden:

[...] "Corría 2007 cuando se dio la ocasión propicia para abandonar la casa de la calle Pradillo, que ya no reconocía como propia. Escolar, el padre, me acogió en 20 minutos y me hizo subdirector. Mi salida de El Mundo coincidió con el final del largo litigio judicial que mantuve con la dirección del periódico por prohibir mi presencia en La mirada crítica. El veto se produjo a raíz de un programa en el que denuncié la manipulación que el periódico hizo sobre la incidencia de la huelga general del 20 de junio de 2002 en la redacción, además de confesar que me sentía “avergonzado” porque los ejemplares del diario fueran trasladados ese día en furgones del Cuerpo Nacional de Policía desde la imprenta hasta algunos puntos de distribución. El proceso judicial se prolongó durante casi cinco años y concluyó con una sentencia del Tribunal Constitucional que condenó a la dirección del diario por vulnerar mi derecho a la libertad de expresión"... [+ en Dirección Contraria]

[...] "Las cifras son escalofriantes: desde noviembre de 2008 se han presentado 17 Expedientes de Regulación de Empleo y 34 medios han cerrado, viéndose afectados más de 3.300 profesionales. Algunos expedientes han sido especialmente importantes como el del Grupo Zeta, con más de cuatrocientos afectados, el diario ABC, del Grupo Vocento, que tiene intención de reducir su plantilla en más de doscientos trabajadores, de los cuales, 84 serán periodistas y el de Unidad Editorial que ha despedido a 164 trabajadores. Uno de los últimos expedientes de regulación firmados ha sido el de la Voz de Asturias, que ha despedido a 36 trabajadores que representan el 54 % de la plantilla. Este periódico, que pertenece al Grupo Zeta, ya se había visto afectado por el recorte global que hizo el grupo a nivel nacional, despidiendo a 14 periodistas. Ahora además se enfrenta a su posible compra por Mediapro, editor del periódico Público.

Los datos oficiales son aún más desalentadores, según el Servicio Público de Empleo Estatal, en enero de 2009 había 4.169 periodistas apuntados al paro y en enero de 2010 la cifra es de 5.513,  el aumento en un año ha sido del 32,24%"... [+ en El Remedio De Los Media]

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martes, 2 de marzo de 2010

Esto lo jodisteis entre unos pocos...

Brillante la última entrada de Nacho de la Fuente en su blog, a propósito de la campaña de optimismo desenfrenado que han puesto en marcha todas estas multinacionales para que nos pongamos las pilas y consumamos a troche y moche. Así lo expresa:

"Números somos y números seremos...

Aunque te la puedes oler, la mala noticia siempre viene de repente, como un chorro de agua congelada, como un quiebro en tus piernas, como un escupitajo en la cara. Los que te comunican la mala nueva suelen mirar cabizbajos, apesadumbrados. Si son buenos empresarios y mejores personas les duele la situación. Claro que sí. Pero si son aprovechados y malnacidos seguro que les llega un hormigueo de disfrute y placer. Qué mas da. Cuando te lo dicen es el acabose. El hasta aquí hemos llegado guapo/a. Puedes recoger tus cosas, se te pagará lo establecido (en el mejor de los casos) y no dudes de que en cuanto sepa de alguna oportunidad hablaré muy bien de tí porque eres un/una gran profesional que has dado mucho por la empresa. Te echaremos de menos, bla, bla, bla, pero vete cuanto antes, que ya me sales caro/a. El sorpresón es tan inesperado que apenas puedes despedirte de tus amigos y compañeros. No da tiempo, nunca da tiempo. Y cuando lo haya, ya tendrás horas y horas para el correo electrónico, el móvil o el omnipresente Facebook. Besos rápidos, lágrimas contenidas y buenas maneras en tus últimos minutos en una empresa a la que le has dedicado mucho más que tu jornada laboral. Un sitio por el que has dado lo mejor de tí y que te devuelve los favores recibidos en forma de liquidación, de finiquito, de ahí está la puerta majo/a. Y a otra cosa mariposa, que al inhumano ritmo que vamos números somos y números seremos...

Ese mal momento ya lo viven a diario una media de 4.000 españoles, que se dice pronto. Una sonrojante cifra que debería cuestionar la permanencia de cualquier Gobierno con un mínimo de dignidad. O de estética. Esta entrada va por esos más de cuatro millones de parados de corta y larga duración a los que se les ha atragantado la vida laboral y personal a bote pronto. Sin avisar. Tengas hijos o no. Estés hipotecado o no. Que a nivel contable, repito, sólo eres un número más. Y encima rojo sangre. Este texto va por ellos, por esos millones de parados inquietos que tantos ánimos y calor necesitan en estos momentos. A pesar de las estupideces y rifirrafes de nuestros políticos, saldremos adelante. Como tantas veces".

Para completar el puzle os dejo un par de estupendas viñetas cortesía del siempre perspicaz JRMora...




Así que, cachondeíto, el justo [No os perdáis la colección de enlaces que aparecen al final de este post con las diferentes versiones de la happy-campaña de marras]

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